Artículo escrito por Rosa Marta Abascal, Vicepresidenta de Comunicación de Coparmex vía El Sol de México
Twitter: @rmabascal
Nunca como hoy México había sido rehén de la delincuencia. Los robos, extorsiones, secuestros y asesinatos son el pan nuestro de cada día que afecta a personas, familias, empresas y al país en su conjunto provocando que vivamos sumidos en un constante miedo que paraliza y genera desconfianza.
Para muestra basta un botón; de acuerdo a datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de enero a mayo del presente año se cometieron 10 mil 838 asesinatos en el país, lo que muestra la presión y violencia bajo la cual vivimos los mexicanos y la impunidad que permite a los delincuentes seguir actuando sin cortapisa.
De acuerdo con la encuesta más reciente de #DataCoparmex 2.0, los principales delitos que afectan a las empresas pertenecientes a Coparmex son el robo de mercancía, dinero o equipo que se encontraba en tránsito (23%), el robo total o parcial de vehículo (16%), la extorsión o cobro de piso (16%), delito informático (12%), daños intencionales a las instalaciones de la empresa (11%), fraude bancario (11%) y fraude al consumo del establecimiento (8%).
Si bien la estrategia para combatir efectivamente a la delincuencia no ha funcionado y es urgente que el gobierno federal cambie la misma, también es verdad que muchos ciudadanos quienes han sido víctimas de algún delito no acuden ante las autoridades a denunciarlo, de esta manera de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2021, en el país el 93.3% de los delitos no se denunciaron por falta de confianza en las instituciones.
El costo de la inseguridad y el delito, según esta misma encuesta, representó un monto de 277 mil 600 millones de pesos, es decir 1.85% del Producto Interno Bruto (PIB).
El círculo vicioso, a falta de una estrategia eficiente y eficaz, genera desconfianza de los ciudadanos en sus instituciones y provoca que los criminales actúen con impunidad, delinquiendo sin freno y teniendo como rehén a la población.
Los ciudadanos tenemos que atrevernos a denunciar; el silencio trae un gran costo porque abona a la impunidad, la cual fortalece a los criminales porque saben que sus víctimas no actuaran y así el castigo nunca llegará.
Es urgente romper esta cadena, el primer paso es que las autoridades de los tres niveles de gobierno actúen coordinadamente, con responsabilidad, sin protagonismos y anteponiendo el interés superior de los mexicanos quienes tienen el derecho a vivir en un entorno seguro y en paz.
Las autoridades tienen el deber de replantear los planes de seguridad para prevenir, inhibir y combatir la delincuencia, para lo que se requieren estrategias de inteligencia y no ocurrencias que en lugar de resolver los problemas los agravan más.
Es necesario que los gobiernos municipales, estatales y federal destierren la impunidad al aplicar la ley a los criminales, ello sin duda redundará en que en el país exista paz y seguridad, en que en cada rincón del país los ciudadanos vivan tranquilos y puedan sin amenazas ni temores emprender, trabajar.