Artículo de Opinión escrito por Luis Eduardo Durán Luján, Presidente del Comité de Difusión de Coparmex| Vía El Universal
En el complejo tablero de la economía mundial, las naciones buscan constantemente identificar y capitalizar tendencias que puedan transformarse en oportunidades de desarrollo y crecimiento. México, como una economía emergente y con una posición geográfica estratégica, tiene en su horizonte diversas oportunidades que puede y debe aprovechar. Vale la pena explorar algunas de las tendencias económicas más relevantes en el panorama globab y cómo México podría sacarles partido.
Transición Energética y Sustentabilidad: Una de las tendencias económicas más significativas es la transición hacia energías renovables y prácticas sostenibles. Según el economista Nicholas Stern, “La transición a una economía baja en carbono es la historia de crecimiento para el siglo XXI”. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), las energías renovables representarán el 30% de la generación de electricidad mundial para 2024. México, con su abundancia de recursos naturales, puede convertirse en un líder de energías renovables en América Latina. La inversión en infraestructura verde y tecnologías limpias podría no solo satisfacer la demanda interna sino también convertirse en un exportador de energía y tecnología verde, generando empleo y crecimiento económico.
Digitalización y Economía del Conocimiento: La digitalización ha transformado el modo en que las economías operan. “El futuro pertenece a aquellos que entienden que la economía del conocimiento requiere no solo inversiones en educación, sino también en la digitalización”, afirma la economista Mariana Mazzucato. En 2021, el e-commerce creció un 27.6% a nivel mundial, según un informe de eMarketer, y se prevé que siga expandiéndose. Con una estrategia de inversión en conectividad y educación en tecnologías de la información, México podría acelerar su transformación digital. Mejorando su infraestructura y habilidades digitales, el país podría aumentar su competitividad en sectores como el fintech, el desarrollo de software y servicios digitales, capturando así una porción del mercado global.
Integración Comercial y Cadenas de Valor Globales: La interconexión global de la economía permite a los países especializarse en diferentes etapas de la producción. Según el Banco Mundial, el comercio internacional representó el 51.9% del PIB mundial en 2020. Esto demuestra la importancia de las cadenas de suministro y la integración comercial. México debe aprovechar su tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para integrarse aún más en las cadenas de valor de América del Norte. La diversificación de las exportaciones y la promoción de sectores de alto valor agregado fortalecerían la posición de México en el comercio internacional.
Innovación en Agricultura y Seguridad Alimentaria: La innovación en la agricultura es otra tendencia relevante, especialmente frente a desafíos como el cambio climático. La FAO indica que la producción agrícola mundial debe aumentar un 50% para 2050 para satisfacer la demanda alimentaria. Nuestro país podría invertir en tecnología agrícola para aumentar la productividad y la sostenibilidad de su sector agrícola. La exportación de productos agrícolas de alta calidad puede seguir siendo un pilar para la economía mexicana, y la innovación puede ayudar a acceder a nuevos mercados y satisfacer estándares internacionales más exigentes.
Las tendencias económicas mundiales brindan una ruta clara y contundente para el desarrollo y la competitividad. México, al enfocarse en energías renovables, digitalización, integración comercial, y la innovación agrícola, puede no solo adaptarse sino también prosperar en el cambiante escenario económico global. Con políticas públicas bien dirigidas y una colaboración estrecha entre el sector público y privado, México puede convertir estos retos globales en vehículos de crecimiento y bienestar para su población. Como dijo Adam Smith, “No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero lo que nos provee de nuestra cena, sino su consideración a su propio interés”. En un mundo interconectado, el interés propio de nuestro país podría y debería alinearse con las tendencias globales para asegurar un futuro próspero.