Autor: Valeriano Suárez Suárez
Ningún gobernador -en la historia reciente de México- ha mostrado la determinación y valor de Javier Corral Jurado en el combate a la corrupción, a través de lo que -él mismo-ha dado en llamar la ruptura con el pacto de impunidad.
Entre dimes y diretes, posiciones de actores políticos, así como críticas y elogios en los medios de comunicación, hay una realidad ineludible; los poderes ejecutivo y judicial de Chihuahua han desmantelado una red de corrupción que operaba desde el seno del gobierno de Cesar Duarte Jáquez. A la fecha, se han llevado a cabo treinta y nueve procesos penales y treinta ordenes de aprehensión (dieciséis ya cumplimentadas). Adicionalmente, en este momento, se encuentran quince personas vinculadas a proceso (cinco de ellas con sentencia condenatoria). Chihuahua es hoy el epicentro nacional del combate a la corrupción.
En palabras del propio mandatario estatal: “Nuestro objetivo central es la extradición de César Duarte. Es el verdadero origen y el corazón de la batalla, lo de Hacienda es sólo una represión”.
Corral desafió al sistema evidenciando una represalia económica del Gobierno Federal al retener a esta entidad setecientos ochenta millones de pesos del ramo 23 por concepto de saneamiento financiero. El Ejecutivo Federal ha tratado de desmentir esta tesis, sin embargo, los números publicados por la ONG México Evalúa, confirman que a Septiembre del 2017, mientras que -en promedio- cada una de las demás entidades recibió (del fondo de saneamiento financiero) más de mil millones de pesos, Chihuahua solo obtuvo poco más de sesenta millones.
La solicitud de extradición de Duarte por parte del Gobierno Mexicano a su contraparte en Estados Unidos se ha convertido en una exigencia de la sociedad mexicana. Así lo demuestran los desplegados publicados en los principales medios nacionales y locales por parte de los empresarios y de los líderes de las organizaciones de jóvenes más relevantes del gran estado del norte, las reiteradas demandas -en el mismo sentido- por parte de Coparmex y las decenas de miles de personas que han firmado, la misma solicitud, en la plataforma Change.org.
En el espíritu de la sociedad mexicana se aprecia un sentimiento de aprobación y solidaridad ante el gran esfuerzo y ejemplo del Gobernador y pueblo de Chihuahua (#todossomosChihuahua). Es cierto que este estado ha sufrido, durante el periodo de Duarte, una de las administraciones públicas más corruptas e impunes de las que haya dado cuenta nuestra historia como nación. Pero también es verdad que en cualquiera de las otras 31 entidades del país la corrupción y la impunidad de nuestra clase política son señas de identidad y nos vendría muy bien exigirle a nuestro respectivo mandatario demostrar el mismo arrojo y convicción (en la lucha contra la corrupción) de su homólogo chihuahuense.