Artículo de Opinión escrito por Lorena Jiménez Salcedo es Presidenta de la Comisión Nacional de Bienestar Social| Vía: Excélsior
El camino hacia la igualdad de oportunidades sigue siendo largo y lleno de obstáculos.
Hace unos meses tuve la oportunidad de participar en Women Up en Querétaro, un evento dirigido a mujeres empresarias, emprendedoras y profesionistas que buscan crecer, conectar y aprender de otras mujeres igualmente motivadas.
Este espacio es una excelente plataforma para abrir nuevas oportunidades, crear vínculos, fortalecer habilidades personales y empresariales, así como adoptar tecnología para impulsar el crecimiento profesional; un escenario perfecto para reflexionar sobre la importancia del desarrollo humano y el papel crucial de las mujeres dentro de las empresas.
Durante mi participación, tuve la fortuna de ser mentora de un grupo de mujeres inquietas y talentosas que, al igual que muchas otras, enfrentan el desafío de desarrollarse en un entorno laboral que a menudo no reconoce ni potencia adecuadamente sus capacidades.
Mi mentoría se centró en la importancia del desarrollo humano dentro de la empresa, un tema que me apasiona y que es crucial para cualquier organización que aspire a ser competitiva, innovadora y sostenible en el largo plazo. Hablar de desarrollo humano es hablar de un enfoque que coloca a las personas en el centro de toda estrategia empresarial. Más allá de la mera búsqueda de utilidades, no es una simple tendencia de moda o una declaración de buenas intenciones; es una necesidad imperiosa en los tiempos que estamos viviendo.
Está demostrado que las empresas que priorizan el desarrollo humano y crean ambientes de trabajo donde las y los colaboradores se sienten valorados, apoyados y motivados tienen un mayor índice de productividad, mayor satisfacción laboral, menor rotación de personal, así como innovación constante y una mayor competitividad.
Eventos como Women Up sirven como fuerza transformadora para reflexionar, debatir y proponer una visión incluyente con nuestro talento. En estos encuentros, se recopilan ideas que servirán para crear políticas (en gobierno y empresas) que generen mayor bienestar para las mujeres mexicanas, pues aún existen muchas brechas al respecto.
El informe Women, Business and the Law 2024 del Banco Mundial destaca que, aunque muchas economías mundiales han promulgado leyes destinadas a procurar la igualdad de género, sólo se ha logrado establecer menos de 40% de los sistemas necesarios para su plena implementación. Se puntualiza que, a pesar de que 98 economías han legislado la igualdad de pago por trabajo de igual valor, sólo 35 han adoptado medidas de transparencia salarial o mecanismos de aplicación para abordar la brecha salarial.
Los indicadores con mayores brechas son: seguridad, emprendimiento y cuidado infantil, pues sólo 36% de las economías ofrecen protección legal adecuada contra la violencia doméstica, el acoso sexual, el matrimonio infantil y el feminicidio.
Por otra parte, el estudio Mujeres en los negocios 2024: vías hacia la paridad señaló que en 2023 la incorporación de las mujeres en puestos de dirección se redujo de 38% al 36% en México, otro indicador que demuestra las brechas y áreas de oportunidad al respecto.
No olvidemos que las mujeres, con su capacidad para liderar con empatía, enfoque colaborativo y resiliencia, representamos un activo estratégico que ninguna empresa puede darse el lujo de subestimar. Sin embargo, vemos que el camino hacia la igualdad de oportunidades sigue siendo largo y lleno de obstáculos. Durante mi trayectoria, he visto, incluso vivido situaciones en donde la participación de la mujer es vista, bajo una óptica machista, como inferior o de poca valía. Es necesario que sigamos trabajando para cambiar esa narrativa al 100% y empecemos a ver el talento femenino como un motor de crecimiento y transformación para cualquier organización y, por ende, para toda la sociedad.
Eventos como Women Up son cruciales porque proporcionan un espacio de apoyo para que las mujeres compartan sus experiencias, se conecten y crezcan juntas. Además, deben multiplicarse y diversificarse para atender las necesidades de diferentes mujeres en distintas etapas de su vida profesional.
Potenciar el talento femenino es, sin duda, la clave para construir un futuro más justo, equitativo y próspero para todos y todas.