En la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) manifestamos nuestra inquietud por las recientes declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, respecto a la imposición de aranceles punitivos a México y Canadá. Estas medidas no solo afectan la estabilidad económica de la región, sino que también representan un desafío directo al espíritu de cooperación y entendimiento que ha caracterizado nuestra relación trilateral bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), consideramos fundamental actuar con estrategia y firmeza para salvaguardar los intereses de nuestro país.
El T-MEC ha sido un pilar fundamental para el desarrollo económico de Norteamérica, permitiendo la integración de cadenas de valor, el impulso a las exportaciones y la atracción de inversiones. Las amenazas arancelarias generan incertidumbre en sectores estratégicos y ponen en riesgo millones de empleos que dependen del comercio entre los tres países. México, como socio comprometido, debe reafirmar su postura a favor del libre comercio y de un tratado sólido que siga beneficiando a todas las partes involucradas.
Reconocemos la importancia de la respuesta del Gobierno de México, que ha dejado clara la disposición de México para defender sus intereses frente a posibles acciones unilaterales. Sin embargo, enfatizamos que una guerra comercial tendría efectos devastadores para ambas economías, especialmente en industrias que dependen de insumos provenientes de Estados Unidos, como la automotriz y la manufacturera. Estas represalias afectarían no solo a las empresas, sino también a los consumidores de ambos países.
Estamos convencidos de que la vía diplomática y el diálogo son las herramientas más eficaces para resolver este tipo de tensiones. Contamos con la experiencia acumulada durante las negociaciones previas con la administración Trump, donde el trabajo conjunto entre el gobierno, el sector empresarial y los organismos internacionales permitió superar retos similares. Este precedente nos motiva a seguir colaborando de manera activa para proteger el T-MEC y fortalecer la competitividad de nuestra región.
Es crucial que México aproveche la revisión del T-MEC prevista para 2026, cuyo proceso iniciará el próximo año, como una oportunidad para elevar el nivel de cooperación comercial y consolidar a Norteamérica como la región más competitiva del mundo. Nuestro objetivo debe trascender el mantenimiento del tratado y enfocarse en su evolución hacia un acuerdo que responda a los desafíos económicos actuales y futuros, beneficiando tanto a las grandes industrias como a las pequeñas y medianas empresas.
En este contexto, reiteramos nuestro compromiso de trabajar junto con las autoridades nacionales y los organismos empresariales de Estados Unidos y Canadá. Esta colaboración nos permitirá incidir en las negociaciones y asegurar que las decisiones adoptadas favorezcan un crecimiento económico incluyente, generando condiciones para la llegada de mayor inversión y el desarrollo sostenible de nuestras economías.
Además, hacemos un llamado a los tres países para que actúen con responsabilidad y visión de largo plazo, priorizando el fortalecimiento de la relación trilateral sobre las diferencias coyunturales. El T-MEC no debe ser visto como una herramienta de presión política, sino como un acuerdo estratégico que garantiza la competitividad de la región.
En COPARMEX, estamos comprometidos con la defensa de un modelo de desarrollo inclusivo que combine crecimiento económico, desarrollo social y sostenibilidad ambiental. Porque nadie es mejor que todos juntos, continuaremos trabajando para que México enfrente estos desafíos con determinación, asegurando que nuestra economía prospere en un entorno de cooperación y competitividad internacional.
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