En COPARMEX hemos dicho sí a la mejora sustancial al salario mínimo con aumentos que incrementen el poder adquisitivo de los trabajadores. Impulsamos ajustes históricos, graduales y progresivos. Promovimos desde diciembre de 2016 una Nueva Cultura Salarial que se hizo realidad gracias a un acuerdo entre trabajadores, empresas y gobierno. El objetivo era que, a partir de 2019, el salario mínimo general cubriera el 100% de la línea de bienestar urbana individual y que, a partir de 2020, se lograra superar en un 17% esa línea. Se cumplió esa meta.
De hecho, en 2018 pedimos al entonces candidato, Andrés Manuel López Obrador, que se comprometiera con la Nueva Cultura Salarial y con el objetivo de no permitir que existiesen trabajadores en la formalidad en condiciones de pobreza. El compromiso fue aceptado.
Coparmex fue el principal promotor de los dos últimos aumentos de 13% y 17% en términos reales respectivamente. Un aumento de la magnitud de 17% real no ocurría desde la década de los años 70.
Hoy, el contexto económico nacional es adverso y distinto al de los años anteriores, pese a ello, el sector empresarial sigue firme, creyendo en la necesidad de continuar con este esfuerzo pero, dado el complejo entorno, deben tomarse decisiones con responsabilidad, racionalidad y visión de largo plazo.
Tras una amplia consulta dentro del sector empresarial, además de encontrar generosidad, se tuvo disposición para alcanzar incrementos por encima de la inflación prevista que, bajo las condiciones actuales, representan un avance extraordinario.
Consideramos que una evolución agregada del 10% (4% de fijación por encima de la inflación esperada más un Monto Independiente de Recuperación (MIR) de $7.39 M.N.) era un esfuerzo destacado por parte de las empresas que nos permitiría seguir avanzando hacia la línea de bienestar familiar.
Ante el pronunciamiento del Presidente Andrés Manuel López Obrador de buscar una evolución más acelerada, planteamos que con una Aportación Gubernamental Extraordinaria ante la emergencia por COVID-19 podría alcanzarse un incremento agregado del 15%.
Eso implicaba un esfuerzo tripartito, prudente y acorde a la realidad. Sin embargo, el Gobierno Federal no quiso poner nada. Tal y como lo ha hecho desde el inicio de la pandemia, el Presidente de la República, no accedió a realizar aportación alguna para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y preservar los empleos.
No obstante su naturaleza y tradición, la representación gubernamental ante la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, despreció el valor del consenso.
Con el voto en contra de los representantes de todas las organizaciones empresariales, la CONASAMI, decretó un incremento global equivalente al 15%, considerando la modificación porcentual (6%) y la MIR (10.46 pesos).
Con la determinación impuesta, se arroja a millones de microempresarios toda la carga del incremento, lo que combinado con la aceleración de los contagios por la pandemia Covid-19 y el consecuente cierre de operaciones de más empresas, es inminente la quiebra de miles de negocios y la pérdida de todavía más fuentes de trabajo.
Es importante recordar que de marzo a julio se perdieron 1,117,584 empleos formales y, según datos del INEGI, han desaparecido 1,010,857 micro, pequeñas y medianas empresas.
Con la falta de apoyos gubernamentales y ahora un incremento irracional al salario mínimo, sin gradualidad ni lógica, se agrava el riesgo de que 700 mil empresas más desaparezcan en los próximos tres meses.
La meta de la Nueva Cultura Salarial no ha perdido vigencia, pero ante la severa crisis actual exigimos prudencia y altura de miras. No se debe sucumbir ante ánimos populistas contrarios a la realidad económica. El resultado podría ser la pérdida de más empleos.
Una vez superado el contexto adverso que ha traído consigo el COVID-19, seguiremos impulsando aumentos todavía mayores que permitan que el salario mínimo esté por encima de la Línea de Bienestar Familiar. Es decir, que el ingreso de dos personas ocupadas en la formalidad sea suficiente para mantener a una familia promedio mexicana de cuatro integrantes.
Insistimos en que el gobierno debe poner de su parte a favor de la recuperación económica, hasta el momento ha sido completamente insensible ante las afectaciones que han vivido las empresas, solo 5% de ellas recibieron algún apoyo o estímulo.
De no actuar, México tendrá una recuperación económica mucho más lenta de lo esperado. Y serán millones las personas que habrán perdido su empleo.
Sin consensos entre los sectores, y con la irracionalidad en la conducción económica, no se puede recuperar el crecimiento y el desarrollo con bienestar.
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