Artículo de Opinión escrito por Luis Durán, Presidente del Comité de Difusión de Coparmex | Vía Forbes México
Twitter: @LuisEDuran2
Es evidente que nuestro país debe centrarse ante todo en la creación de empleo, ya que los nuevos puestos de trabajo son necesarios para impulsar un crecimiento económico.
Ahora que hemos dejado atrás una de las elecciones más complejas que hemos vivido en las últimas décadas, es momento de enfocarnos a una de las necesidades más apremiantes en nuestra economía: la creación de empleos.
Según datos del IMSS, entre marzo y julio del año pasado perdimos más de un millón 100 mil empleos formales. Desde agosto del 2020 hasta mayo de este año hemos tenido una recuperación de 600 mil empleos. Esto significa que lo que perdimos en 5 meses no estamos ni cerca de recuperarlo en los últimos 10 meses. Todavía faltan aproximadamente 500 mil empleos para igualar la cifra que teníamos previo a la pandemia.
Las cifras lo dicen todo. Es evidente que nuestro país debe centrarse ante todo en la creación de empleo, ya que los nuevos puestos de trabajo son necesarios para impulsar un crecimiento económico compartido y sostenible.
Un estudio reciente del Banco Mundial demuestra que el crecimiento económico y el empleo están estrechamente relacionados. El crecimiento económico es muy importante para explicar el aumento del empleo, y los puestos de trabajo contribuyen al desarrollo al añadir valor e ingresos. Igualmente, existe una fuerte correlación positiva entre la productividad y el crecimiento del empleo: las empresas más productivas añaden más puestos de trabajo (contradiciendo la noción de que las empresas aumentan la productividad al eliminar puestos de trabajo). Además, el crecimiento, a través de la mejora de la productividad, ayuda particularmente con una mano de obra poco calificada, contribuyendo así al crecimiento inclusivo.
Si bien en la economía mexicana 90% de los empleos son creados por el sector privado, le corresponde al gobierno aplicar las políticas que fomenten de manera efectiva la creación de nuevos trabajos.
Como hemos visto, México fue uno de los países que menos apoyó a la economía con programas de emergencia en la pandemia: Tan sólo alrededor del 1% del PIB, mientras que países como Japón o Estados Unidos apoyaron con más del 50% y casi el 30% respectivamente.
Es momento de cambiar el enfoque de los últimos meses, tan lleno de tintes políticos, a uno práctico y eficaz, que asegure que recuperemos e inclusive superemos los niveles de empleo pre-Covid. Medidas como formular políticas que den certidumbre y que incentiven la inversión, implementar una política de infraestructura eficiente y garantizar un acceso más flexible a la financiación. Específicamente para los jóvenes, debemos ajustar los programas académicos para que sean más innovadores y que la educación atienda las necesidades del mercado laboral de manera más pragmática y efectiva.
La creación de nuevas fuentes de trabajo no son solo un motor del crecimiento económico, sino que también son el vehículo a través del cual el crecimiento económico se comparte y mejora los niveles de vida de toda la sociedad.
Los sectores públicos y privados de México debemos trabajar en conjunto y comprometernos a construir más y mejores fuentes de trabajo. Es ya, literalmente, una emergencia nacional. #OpinionCoparmex